Cocina en una sartén con un chorrito de aceite la cebolla y la zanahoria picados muy finitos.

Añade la carne picada, sal, pimienta y una pizca de jengibre. Deja cocinar unos minutos con cuidado de que la carne no se quede seca; apaga el fuego y deja enfriar.

Extiende la pasta china ligeramente enharinada y corta las placas al tamaño que quieras hacer tus rollitos. Ten en cuenta que esta masa se seca muy fácilmente.

Pon un poco de carne en el centro y dóblala hacia arriba y pliega los laterales. Para que los bordes queden bien sujetos, haz una mezcla de agua, harina y una pizca de sal, y extiéndela con una brocha por los bordes.

Fríe en abundante aceite caliente y escurre sobre papel toalla para eliminar la grasa extra.